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Después de la COVID-19: ¿Qué definirá la nueva normalidad? (I)

mask-5177779_1920 Pixabay

La pandemia COVID-19 producida por el SARS-CoV-2 está desencadenando un cambio radical generalizado: está remodelando la economía global, estimulando la digitalización y la innovación tecnológica, redefiniendo los roles de las sociedades y las corporaciones, y alterando las necesidades y los comportamientos de los consumidores y usuarios.

Mientras navegamos como podemos por esta crisis sin precedentes, las organizaciones, las empresas y los gobiernos, sin excepción, se preguntan: ¿cuál será la "nueva normalidad" una vez que la crisis de la COVID-19 retroceda y esté controlada, y cómo deben planificar y prepararse las organizaciones públicas y privadas para el mundo posterior a la COVID-19?

Prever y comprender los cambios que se avecinan puede ayudar a las organizaciones a tomar los pasos correctos hoy para emerger con resiliencia y ofrecer Valor después de la crisis, y no estamos hablando de intuición sino de la aplicación de experiencia y conocimiento con una gran dosis de capacidad.

La pandemia COVID-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro existentes en todo el mundo. Un modelo en el que las empresas venían confiando en un solo proveedor, o en un puñado de proveedores dentro de un mismo país, ha demostrado no ser efectivo en esta situación y, por supuesto, en el futuro. Además, lo hemos sufrido en todos los sectores de suministros pero especialmente en un sector tan crítico como es la Salud.

En el mediano plazo, las compañías y organizaciones deben priorizar los procedimientos de mitigación de riesgos diseñados para rastrear la salud de los empleados y reducir las interacciones entre humanos. La adopción de tecnologías de automatización, como la robótica y los sistemas de visión de inteligencia artificial (IA) van a ayudar a las empresas y organizaciones a obtener una ventaja competitiva en el escenario actual y futuro.

Después de la crisis, la experiencia COVID-19 tiene que acelerar la transición de las empresas a métodos de producción emergentes, como la fabricación aditiva (impresión 3D), que puede ofrecer ventajas significativas en velocidad, coste, precisión y materiales. Esto, a su vez, puede remodelar los modelos comerciales prevalentes y dar paso a los nuevos, no solo en la fabricación sino también en sectores asociados como la logística.

También podría impulsar a las empresas y organizaciones a pasar de la deslocalización (offshoring), a un modelo de externalización de servicios similar pero en el que a diferencia de este, la subcontratación de procesos se lleva a cabo con empresas y organizaciones de un país cercano situado a unas cuatro horas de vuelo (nearshoring) e, incluso, pasarían por el retorno al país de origen de los procesos productivos anteriormente deslocalizados (reshoring) y que en esta crisis se han demostrado críticos.

El distanciamiento social está impulsando el descubrimiento y la adopción de plataformas para realizar videoconferencias, aulas virtuales y telemedicina, en todos los países, a una escala sin precedentes. Debido a que la crisis continúa, y estará entre nosotros todavía unos meses, acelerará el desarrollo de tecnologías de trabajo remoto de la próxima generación, como la realidad aumentada y virtual.

Dado que estas tecnologías ayudan a generar ganancias de eficiencia, las organizaciones y las empresas probablemente las mantendrán después de la crisis (o eso esperamos). Las empresas y organizaciones deben repensar su estrategia; surgirán nuevos modelos de colaboración y de trabajo en equipo; y el aprendizaje remoto va a marcar un nuevo escenario de la educación y la formación a todos los niveles.

Equilibrio tecnológico para eliminar el aislamiento

Sin embargo, el trabajo remoto y los nuevos modelos de trabajo en equipo podrían aumentar el riesgo de aislamiento y soledad, afectando el bienestar y la productividad de las personas, que siguen siendo el principal baluarte de las organizaciones y empresas. Éstas deben equilibrar la adopción de tecnologías con formas creativas de trabajo para mantener un sentido de unión entre los empleados y el correspondiente aprendizaje colaborativo. Para ello, la realidad virtual y aumentada puede desempeñar un papel clave.

Las interrupciones obligadas causadas por crisis como la pandemia COVID-19 crean nuevos tipos de necesidades y problemas para los clientes, consumidores y usuarios, presentando enormes oportunidades de innovación. Si bien las grandes organizaciones y empresas pueden reducir sus bases de clientes existentes y centrarse en sus clientes más valiosos, los innovadores emergentes tendrán la oportunidad de ofrecer soluciones más económicas que puedan ganar tracción fácilmente, ¡es el momento! Los mejores talentos serán fácilmente accesibles y los servicios de soporte serán más baratos. Se puede reutilizar una variedad de activos, desde bienes raíces hasta equipos, en los que el conocimiento tendrá un sitio preferente.

Muchos empresarios y emprendedores ya están impulsando la innovación para esta nueva normalidad. Para participar y aprovechar las ventajas que vendrán, las grandes corporaciones deben abordar sus preocupaciones a corto plazo e innovar a largo plazo simultáneamente.